16/1 Vino nuevo en odres nuevos
En algunos países de nuestra región es común celebrar las despedidas de solteros. Los amigos del novio y las amigas de la novia se reúnen por separado para festejar el último día de soltería y desearles lo mejor para su nuevo proyecto de vida. Por eso cuando los novios están con sus amigos hay alegría y fiesta. Jesús se vale de esta realidad para responder la recriminación de los fariseos y los bautistas.
Jesús se manifiesta como el novio de las nuevas nupcias que Dios celebrará con su pueblo. Porque el Reino de Dios es como una gran fiesta de bodas colmada de derroche de amor, de risa, de amistad espontánea y agasajo.
Pero a veces nosotros, discípulos de Jesús, no lo creemos ni lo practicamos y mostramos una experiencia religiosa sombría y amarga.
La vida de nuestras comunidades cristianas debería ser siempre colmada de alegría, gozo y esperanza. Cada creyente debería contagiar de optimismo y entusiasmo en su quehacer cotidiano.
Solo así el mensaje de Jesús será verdaderamente "buena y alegre noticia"