16/5 SAN LUIS ORIONE
El retorno de Jesús al Padre será motivo de tristeza en el corazón de los discípulos. Esto es obvio. Jesús ha establecido una relación
comunitaria muy profunda con sus discípulos, pero él mismo se da cuenta que su misión ha llegado a término.
Ahora corresponde a los discípulos. Ellos lo han seguido, han convivido con él,
han comido con él, lo han escuchado y lo han visto realizando los signos de salvación y dignificación de los seres humanos. Pero aun así todavía no han llegado a la madurez para la convivencia
y la misión evangelizadora.
Por eso Jesús no los dejará solos. Junto con el Padre enviarán el Espíritu Santo para ayudarles a entender el misterio salvífico revelado en Jesucristo
y para impulsarlos en la misión para continuar la obra iniciada por Jesús.
Ahora ellos son el rostro visible del Maestro. ¿Has experimentado alguna vez la iluminación y el impulso del Espíritu
para salir a la misión? ¿Cómo te vas preparando para Pentecostés junto a tu grupo?