16/8 San ROQUE
San Roque
Nació en Montpellier, huérfano a los quince años, peregrinó a Roma donde se consagró con gran caridad al cuidado de los enfermos, sobre todo de los contagiosos; recorrió muchas poblaciones de Italia en las que curó milagrosamente a numerosos enfermos. Su culto fue aprobado por Urbano VIII.
San Esteban de Hungría (975-1038)
Fue el primer "rey apostólico de Hungría". El día de Navidad del año 1000, fue coronado con la corona que le había enviado el papa Silvestre II. Fue un monarca preocupado por establecer la Iglesia en su país. Fundó diócesis y edificó numerosos santuarios. Se lo recuerda como un rey justo, pacífico, piadoso y muy amado por su pueblo.
Mt 18 15-20 EVANGELIO EN AUDIO
Hay palabras de Jesús que casi me atrevería a decir que no nos las hemos tomado en serio.
Ya cuando estudiaba teología se me ocurrió preguntar al profesor por qué habíamos dado tanta importancia, y sin duda que la tiene, a la presencia real de Jesús en la eucaristía y no habíamos dado la misma importancia a las palabras con que termina el texto evangélico de hoy: "donde dos o tres estén reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos."
No supo responderme, y volvió al tema de que estaba hablando. No quiero entrar en discusiones teológicas de si estamos hablando de una presencia sacramental o no.
Pero hay una realidad en las palabras de Jesús: cuando la comunidad se reúne, cuando un grupo de creyentes se reúne en nombre de Jesús, por su fe en él, ahí está la presencia real de Jesús, animando su oración, su acción, su vida.
No hace falta que se reúnan en una iglesia. No hace falta que estén presididos por un sacerdote o por un religioso o religiosa. No hace falta ni siquiera que haya uno que presida la reunión.
Basta con que se unan en el nombre de Jesús y ese grupo, esa comunidad, se constituye como Iglesia porque Jesús está en medio de ellos.
Me gusta imaginar al grupo de amigos que se reúnen para leer juntos y meditar un texto del Nuevo Testamento, de los evangelios o de las cartas.
O que se reúnen para rezar juntos el rosario. O que la familia, un día de fiesta que por la razón que sea no pueden ir a participar en la Eucaristía, la Misa, con la comunidad parroquial, se toman un tiempo para juntos leer las lecturas del día, orar con ellas y dar gracias por tantos bienes recibidos.
O los vecinos que deciden juntos tomarse un tiempo para servir a los más necesitados del barrio.
Ahí siempre está Jesús en medio. Ya no son sólo un grupo de amigos, ni una familia, ni unos vecinos. Hay otra presencia animando su oración, su compromiso, su forma de estar juntos.
Están haciendo reino, fraternidad. Están haciendo presente a Dios mismo en medio de nuestro mundo.
Está Jesús en medio de ellos, hecho carne y vida y esperanza y fe y reconciliación y perdón.