18/5 Alegría del ESPÍRITU
Con esta esperanza vivimos y trabajamos: el desconsuelo de todos los tristes (agobiados, desamados, marginados, esclavizados) alumbrará la alegría. No se trata de opio para justificar el desorden, sino de motivación para una revolución permanente. La posibilidad de que la tristeza mute en alegría se encuentra, en buena parte, en nuestras manos, y vamos a ser juzgados por nuestra colaboración a la alegría de los otros. Sin que olvidemos preguntarnos por las causas últimas de tanta tristeza.
Jn 16 16-20 EVANGELIO EN AUDIO
Consciente de que la totalidad de su vida le llevará a actuar en consecuencia con lo que dijo e hizo, Jesús sabe que su permanencia histórica está llegando a su desenlace.
Sin embargo, también está convencido de que la experiencia de su estar de otro modo, actuando en Espíritu desde dentro, sostendrá la fe y la vida de la comunidad.
El vínculo personal y comunitario con Dios, la práctica de la justicia como actitud fundamental de vida, el cultivo de una fe lúcida y una espiritualidad encarnada que responda a las cuestiones determinantes de la vida, el mantenimiento de una visión profética atenta a los signos y desafíos de los tiempos, y la disposición a vivir tan humanamente como vivió Jesús, son los rasgos éticos y evangélicos que como Iglesia estamos llamada a transmitir en un mundo plural, ansioso de auténtica espiritualidad. De esta manera, contribuimos a allanar el camino hacia la humanización integral, el peregrinar alegre hacia el reino de Dios.
¿Asumimos con alegría y confianza las implicaciones de vivir con coherencia nuestra fe en Jesús?