20/5 "Pidan el ESPÍRITU SANTO"
San Bernardino de Siena presbítero, nació en Siena en 1380. Después de ser ordenado sacerdote, desplegó por toda Italia una gran actividad como misionero y predicador. Desde Milán hasta Roma, recorría las ciudades predicando el amor infinito de Dios y presentando el Nombre de Jesús como salvaguarda contra todos los males. Murió en el año 1444.
Beata María Crescencia Pérez (1897 -1932). Religiosa de la Congregación de las Hijas de María Santísima del Huerto. María Angélica Pérez nació en San Martín, Buenos Aires, Argentina, en el seno de una familia gallega inmigrante. En 1915 inició su noviciado en el convento bonaerense de las Hijas de María Santísima del Huerto y recibió el hábito tres años después adoptando el nombre de Sor María Crescencia. Su vida estuvo regida por el lema: "Toda para Todos", por lo cual se dedicó totalmente a velar por el bienestar del prójimo. A lo largo de su vida terrenal fue modelo de servicio, humildad y apego a la Regla. Su primera misión la llevó a cabo como catequista y maestra de "labores" de niños en escuelas de su Congregación. Posteriormente, fue comisionada al Sanatorio Marítimo de Mar del Plata (Solarium), que albergaba a niños con tuberculosis ósea permaneciendo en él tres años, Por su débil salud se le retiró de este nosocomio, en 1928, y se le transfirió -muy a su pesar, pero declarando: "Por cumplir la voluntad de Dios iría al fin del mundo"-, a Vallenar, Chile, en busca de un mejor clima que le ayudase a recobrar la energía; ahí continuó su apostolado en el hospital de las Hermanas. Sin embargo, cuatro años después partió al encuentro con el Amado. Fue beatificada el 17 de noviembre de 2012, por el pontífice Benedicto XVI (2005-2013), quien la llamó "Modelo de dulzura evangélica animada por la fe".
Jesús se manifiesta como intercesor de sus seguidores. "Lo que pidan en mi nombre el Padre se lo dará"… sin embargo, líneas más adelante
dirá que el Padre concederá lo que se le pida sin su intermediación porque por encima de todo está el amor.
Puede parecer que esto no siempre funciona. A veces se pide a Dios algo que se considera
urgente, pero Dios "guarda silencio" y eso lleva a que se dude de su bondad. La cuestión es si lo que se pide está dentro del plan salvífico de Dios.
En otros pasajes Jesús dice "pidan
el Espíritu Santo y les será dado" Pedir el Espíritu Santo es pedir el don del discernimiento y la decisión. Hay que pedir que nos de la fortaleza, la iluminación, el discernimiento
y la voluntad para hacer lo que nos corresponde como seres humanos y creyentes. Y, sobre todo pedir que "se haga su voluntad" y no el capricho o el deseo egoísta. ¿Cómo sueles pedir en la oración?