25/8-EL MANDAMIENTO PRINCIPAL
+ SAN LUIS REY DE FRANCIA
Luis IX (1214-1270), encarna el modelo del laico que vive según el Evangelio. Esposo lleno de ternura, padre atento en educar a sus once hijos como verdaderos cristianos, jefe de estado preocupado por la justicia y la paz, vivía su fe humildemente, día tras día, en la oración, al servicio de los pobres y con alegría franciscana. Emprendió expediciones para rescatar el sepulcro de Cristo. Murió, a causa del cólera, en el norte de África, cerca de Cartago, en 1270.
+ Beata MARÍA DEL TRÁNSITO CABANILLAS de Jesús Sacramentado
Argentina nacida el 15 de agosto de 1821 en San Roque, Córdoba. En el año de 1878 la Madre María del Tránsito, acompañada por solo dos jóvenes, fundó la Congregación Hermanas Terciarias Misioneras Franciscanas: el Colegio de Santa Margarita de Cortona, con los principales objetivos de "promover las obras de caridad y misericordia y dar educación gratuita a las hijas de los pobres y desamparados". Como Fundadora, la Beata supo infundir en sus hijas la generosidad, el amor a la infancia y el espíritu de penitencia.
+ SAN JOSÉ DE CALASANZ
Nació en Aragón el año 1557. Ordenado sacerdote, ejerció el ministerio en su patria. Más tarde, ya en Roma, fundó las Escuelas Pías para la educación de la juventud más necesitada.
Tuvo que sufrir mucho por envidias y recelos. Murió en Roma el año 1648.
Mt 22 34-40 EVANGELIO EN AUDIO
Entre códigos y recomendaciones, el Pueblo Judío había
contabilizado en la ley 613 mandamientos, de los cuales 365
eran prohibiciones y 248 orientaciones positivas. Por eso
discutían permanentemente sobre la jerarquía de los
mandamientos.
Ante la pregunta del fariseo, Jesús no responde
con uno, sino con dos, uniendo el mandamiento del amor a Dios
y el mandamiento del amor al prójimo.
La originalidad de Jesús radica en que presenta los dos
mandamientos inseparables y al mismo nivel. El amor es la
clave que unifica ambos mandamientos; por eso, el amor a Dios
pasa necesariamente por el prójimo.
El sentido de la vida no
consiste solamente en cumplir normas y preceptos. Cristo nos
invita a mirar la vida desde la centralidad de las personas, más
allá de las leyes. Dios quiere que cultivemos una actitud
misericordiosa. Llevar a plenitud el amor en el servicio
auténtico a los más pobres y descartados de nuestro tiempo.
¿Puedo decir, cuando hago mi examen de conciencia al final del
día, que mi vida está motivada por el amor?
En una sociedad donde todo funcionaba en torno a la ley,
tiene sentido la pregunta sobre el mandamiento más
importante.
A Jesús le preguntan por un mandamiento
principal, pero él responde con dos: el primero y principal es
tan importante como el segundo. El amor a Dios y el amor al
prójimo van siempre de la mano. El amor a Dios pasa
necesariamente por el amor al prójimo.
Pero la enseñanza de
Jesús no termina aquí. Propone un nuevo mandamiento, que
constituye una de las más importantes novedades en el mensaje
de Jesús, "ámense los unos a los otros como yo los he amado".
El modelo del amor es Jesús de Nazaret y este se concreta
cuando se reproduce entre los hermanos. Lo que importa no es
el mandamiento más importante sino la importancia del amor
en la vida cristiana.
Hoy se habla mucho de amor y de amar,
pero la pregunta es ¿a quién? ¿Al dinero, al sexo, a la violencia,
a la posverdad? "Si yo no tengo amor, yo nada soy Señor"