30/1 Jesús nos libera de la esclavitud del mal

29.01.2023

Mc 5 1-20 EVANGELIO EN AUDIO
La presencia del mal en el mundo y su personificación a través de figuras propias de las culturas circundantes a los cristianos del primer siglo, dio origen a personajes como diablo (el que confunde, divide), demonio (opositor), satanás (adversario).
   Los espíritus malignos son fuerzas negativas que actúan en el interior de una persona, de un grupo o de una institución que tienen como finalidad crear confusión, división, corrupción, mentira, perversión, injusticia, violencia, etc.
   El daño que causa la presencia del mal es tal que tiene la capacidad de derrotar a la persona. Jesús se revela como el aniquilador del mal (maligno) que tiene como fin deshumanizar, esclavizar, oprimir, anular, corromper a la persona, individual o colectivamente.
Jesús, sus discípulos y todos sus seguidores, tenemos el compromiso radical de luchar decididamente contra el mal en todas sus formas y sus estructuras. Un signo de la presencia eficaz del reino de Dios es que el mal está siendo derrotado.
     Renovemos nuestro compromiso de lucha frontal contra las fuerzas del mal que hay en nuestro mundo. 

"Hay quienes en los tiempos modernos no ven otra cosa que prevaricación y ruina. Andan diciendo que nuestra época, en comparación con los tiempos pasados, ha empeorado, y así se comportan como quienes nada han aprendido de la historia, la cual sigue siendo maestra de la vida...Nos parece justo disentir de estos profetas de calamidades que siempre están anunciando infaustos sucesos como si fuese inminente el fin de los tiempos" (Discurso de apertura del Vaticano II, 11 octubre 1962 - San Juan XXIII "el papa bueno").