32º DA-C ¡Viviremos felices para siempre!

04.11.2022

Las lecturas nos invitan a mirar más allá de nuestra vida en este mundo, y a reafirmar la esperanza en la vida eterna que Dios nos quiere dar.

+ Hoy el Evangelio nos relata la confrontación de los saduceos con Jesús. Este grupo religioso no creía en la resurrección. Por eso, le hacen un planteo extremo a Jesús.
 + Los saduceos imaginaban la vida después de la muerte exactamente igual que la vida en la tierra. Y Jesús los corrige con mucha paciencia. Los resucitados -dice Jesús- serán como los ángeles y vivirán en un estado diferente que ahora no podemos sentir ni imaginar. 

+ Y redobla la apuesta, dándonos a conocer algo más sobre Papá Dios. Él es un Dios de vivos, porque todos vivimos en Él, en Su Amor. Jesús ya venció a la muerte y ella no es nuestro último destino.
+ En Jesús, Dios nos da la vida eterna, nos la da a todos, y todos gracias a Él tenemos la esperanza de una vida aún más verdadera que la actual.
+ El Papa Francisco nos dice que la vida que Dios nos prepara no es un simple embellecimiento de la actual; esa supera nuestra imaginación, porque Dios nos asombra continuamente con su amor y con su misericordia.
+ Jesús dando su vida nos ganó una vida nueva y nos ha dicho: "Yo soy la resurrección y la vida" (Jn. 11,25).
    Al morir nos vamos con Dios, seremos felices con él y con nuestros seres queridos, será como una gran fiesta, un gran banquete.
  + A Dios le gusta la vida, la alegría, quiere que todos sus hijos vivamos con Él en la fiesta del cielo. Su Amor no deja de sorprendernos porque se hace comunión y alegría.
 + Vivamos cada día amando como Él nos ama, anunciando que nos quiere a todos junto a Él para continuar dándonos vida y nos prepara una fiesta en el cielo

 A cada intención respondemos: AYÚDANOS SEÑOR
   1. Por la Iglesia, para que sea portadora de vida y esperanza para todos los hombres del mundo. Oremos.
  2. Por todos los que trabajan por la justicia y la paz, para que sus voces generen caminos de solidaridad, concordia y unidad. Oremos.
  3. Por los cristianos perseguidos en el mundo, para que la fe los sostenga con fortaleza y esperanza. Oremos.
  4. Por todos nosotros, para que seamos alegres y humildes con los más débiles. Oremos.

Padre bueno del cielo, que nos regalas la vida cada día que siempre demos gracias por este don inmenso. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, por los siglos de los siglos. AMÉN.