4º CUARESMA A- Jesús nos hace VER
En este tiempo de Preparación a la Fiesta de la Pascua, Jesús nos invita a vivir en la luz y a llevar su luz a todos los que nos rodean.
¿Qué significa en la vida de todos los días ser luz de Jesús y vivir en la
luz?
El ciego que se encuentra con Jesús comienza a vivir en la luz. ¿Cómo podemos nosotros vivir en la luz?
ORACIÓN EN FAMILIA A cada intención respondemos: SEÑOR, ILUMINÁ NUESTRA MIRADA
1.Fortalece a nuestro Papa Francisco en la misión de conducir a la
Iglesia. Oremos
2.Concede a todos los hombres vivir en la fraternidad, en la paz, en la
justicia. Oremos
3.Guarda en tu corazón a todos los pobres y necesitados, ayúdanos a
ser solidarios con ellos. Oremos
4.Danos la alegría de ser hijos de la luz. Oremos
Padre bueno,
que iluminas a todos hombres con tu amor,
te pedimos que alumbres nuestros corazones
para que nuestros pensamientos sean dignos de ti
y aprendamos a amarte de todo corazón.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
+ El ciego que no ve desde que nació. Y tiene el gran deseo de poder hacerlo. Y cuando Jesús pasa por allí, lo ve. Y decide curarlo con barro y su saliva. Jesús nos sorprende con lo que usa para curarlo pero el ciego deja que haga y acepta ir a lavarse a la piscina.
+ Ocurre el milagro y el ciego puede ver. Pero muchos de los que lo conocían dudan,
preguntan y hasta niegan que Dios lo haya curado; a pesar de verlo. ¿Quiénes son
entonces los ciegos?
+ El orgullo y la soberbia que tenían los volvía ciegos de los ojos del corazón. Esos
ojos que nos permiten ver las maravillas que Dios hace con nosotros y los demás.
+ A nosotros puede sucedernos lo mismo. Se llama ceguera interior y nos hace encerrarnos en nosotros mismos, aislarnos, alejarnos de Dios. El único que nos puede curar es Jesús porque Él es la luz del mundo.
+ Si nos dejamos curar por Jesús vamos a ver la vida con su mirada. Una mirada llena de bondad, de ternura, de misericordia, de humildad.
+ En este camino de Cuaresma, pidamos a Jesús que ilumine nuestra mirada para poder iluminar a los demás.
+ Nos dice el Papa Francisco que el Señor nos espera siempre para hacernos ver
mejor y darnos más luz, y perdonar nuestros pecados.