5/8-PROFETAS ANUNCIADORES DEL EVANGELIO DE JESÚS
5 de agosto - Dedicación de la Basílica de Santa María
La Basílica Santa María la Mayor fue erigida en Roma, en el Esquilino, por el Papa Sixto III (432-440) en honor de la Madre de Jesús, a quien el Concilio de Efeso le había reconocido el título de Madre de Dios. Es la primera de las iglesias de Occidente y fue colocada bajo la advocación de Santa María.
Al conocer la fama de Jesús, Herodes Antipas lo asocia con el Bautista. Tal vez lo asediaba su conciencia por la muerte tan absurda que había decidido contra Juan, y por los abusos que cometió contra otros inocentes.
Sus abusos de poder son también signos típicos del dictador sin escrúpulos que se encarama al trono con malas artes, se adueña de las vidas y bienes de un pueblo y no duda en fortalecer su dominio incluso con acciones repudiables para una sana razón.
A lo largo de la historia personajes como Herodes Antipas han hecho y continúan haciendo mucho mal a la sociedad; sus ansias de poder y el culto a él cuando lo alcanzan, los llevan a disponer sin escrúpulos de las vidas y los bienes a su alcance. Y no es raro que pretendan actuar así en nombre del mismo Dios.
Es deber cristiano preferente contribuir a erradicar el mal que se ha enquistado en muchos de nuestros pueblos por culpa primordial del pecado social de poderosos opresores.
Ojalá que, a ejemplo de Jesús y Juan Bautista, seamos capaces de denunciar las injusticias y proponer las bases de un mundo mejor, pese a las duras consecuencias que implica ser profeta.