7ºDA-A ¡AMAR AL ENEMIGO!
Jesús quiere que el amor sea el distintivo de los cristianos. Somos hijos de Dios y queremos parecernos a él amando a los hermanos.
En este 7º
domingo del tiempo durante el año, antes de empezar la cuaresma, Jesús nos dice que el odio nos deja ciegos, así que respondamos con Amor.
Qué difícil es amar al enemigo, al que nos hace daño, pero el camino de Jesús no es el odio sino el perdón. Vivamos nuestra vocación de ser santos, pero esta santidad
ha de empezar por amar a todos, también a los que nos caen mal, y rezar incluso por los que nos persiguen.
1. CELEBRACIÓN DEL PERDÓN
Pedimos el perdón de Dios y el amor necesario para reconciliarnos con los hermanos.
- Vos nos decís que seamos santos como el Padre Dios es santo, buenos como El. Señor, ten piedad...
- Vos nos pedís que no guardemos rencor ni odiemos de corazón a nuestros hermanos. Cristo, ten piedad...
- Vos nos pedís que amemos a nuestros enemigos y oremos por los que no nos quieren. Señor, ten piedad...
2. LITURGIA DE LA PALABRA DE DIOS
3. Oremos, hermanos y pidamos al Padre un corazón grande para amar a todos sin discriminación, diciendo: -Que seamos santos y amemos a todos.
1.-- Para que la paz y la reconciliación reinen en las familias y entre los vecinos. Oremos.
2.- Para que los que no conocen más que la violencia cambien de actitud. Oremos.
3.- Para que comprendamos que el odio nos ciega, nos paraliza y no arregla nada. Oremos.
4.- Para que todos nosotros seamos artesanos de la paz, superando rencores y revanchas. Oremos.
5.- Para que miremos a los que nos caen regular no como enemigos sino como hijos de Dios y hermanos nuestros. Oremos.
6.- Para que aprendamos el poder de la mirada limpia y de la sonrisa para solucionar los problemas diarios. Oremos.
PADRE DIOS, ayudanos a ser activos y cariñosos, verdaderos y compasivos, audaces y pacíficos para seguir recreando tu reino de justicia y misericordia. Por Jesucristo nuestro Señor. AMÉN.
4. Nuestro Padre Dios nos ama y nos perdona, y nos invita a nosotros a amar y perdonar como él. Porque estamos dispuestos a seguirle en este camino, ahora, como Jesús nos enseñó, nos atrevemos a decir: Padre nuestro...