Etapa 12 JERICÓ
Pisando la Tierra Prometida
Hoy llegaremos a Jericó, la primera ciudad conquistada por el pueblo de Israel liderado ahora por Josué. Las narraciones hablan de las siete vueltas que el pueblo hebreo dio en torno a las murallas de Jericó con el fin de que estas cayeran y los habitantes se rindieran.
Es cierto que estas conquistas hacen preguntarse a más de uno cómo el Dios del Antiguo Testamento permite las batallas e incluso que se ponga del lado de los judíos para asesinar a los enemigos. ¿Este Dios es el Dios que Jesús manifiesta? Pero no es el momento ahora de afrontar estas cuestiones sino de seguir hasta Jericó.
Jericó. Oasis en el desierto y tierra de dátiles, se enorgullece de ser la ciudad habitada más antigua del mundo.
Entrando en la Tierra Prometida.
Hoy es el momento de identificar los aspectos de tu vida que deben pasar desde la orilla de la esclavitud a la orilla de la libertad; desde la orilla de ser extranjero en tierra extraña a la orilla de sentirse en la propia tierra enraizado en las propias raíces. A continuación, te proponemos algunos ámbitos de la vida por si te ayudan:
- Equilibrio personal: descanso, comida, ejercicio físico, salud...
- Espiritualidad: oración/meditación, silencio, sacramentos, celebraciones...
- Familia: personas que pueden necesitar más de ti, ayudas concretas...
- Amistad: ¿algún amigo que necesite de ti o con quien hace mucho que no has tenido contacto?
- Ámbito laboral o estudios: ¿cómo eliges vivir las horas que dedicas a tu trabajo o a tus estudios?
- Tiempo libre: ocio, entretenimiento, hobbies...
- Voluntariado y compromiso social
Oración final
¡Oh Dios! Estoy delante de la Tierra que Tú me entregas pero no sé si dar un paso firme y entrar en ella.
A veces vivo mejor en mis esclavitudes, en mi queja, en mi sufrimiento.
A veces prefiero vivir en la irresponsabilidad y echar la culpa a las circunstancias en vez de tomar las riendas de mi vida y apostar por la libertad.
Sin embargo, Señor, Tú me dices: "Te quiero libre y responsable". "Te quiero plenamente feliz". Doy el paso confiando en tu palabra, sabiendo que vienes conmigo.
Doy el paso dejando atrás esquemas antiguos de castigos y premios. Doy el paso acogiendo que en la Tierra Prometida todo es gracia, todo es don.
Doy el paso con los ojos puestos en el horizonte de tus ojos acogedores y tus manos tiernas que me sostendrán en cada momento, especialmente cuando caiga o mi corazón se asuste y desee volver atrás. Doy el paso porque sé que Tú vienes conmigo. Amén.