Un reino roto

Tenemos que entrar en "territorio hostil" para los judíos. Desde que se dividió el Reino de Israel en dos (Reino del Norte, Israel, y Reino del Sur, Judea) a la muerte de Salomón, los samaritanos y los judíos están en conflicto permanente -entre otras cosas- por el lugar donde se debe dar culto Dios.

Estamos ante un pueblo que coqueteó con otros dioses y tuvieron que surgir profetas del propio pueblo llano, como el pastor (de ovejas, no pienses que era algún tipo de sacerdote) Amós para proclamar que a pesar de la infidelidad del pueblo de Israel ante Dios, Él siempre los sigue queriendo y amando.

Como ven, cambia el paisaje. Montes bajos, relieve más abrupto excavado por los "wadis" (corrientes de agua temporales, solo llevan agua cuando llueve), matorrales secos, olivos y almendros. Se acabaron los plátanos y los mangos de Galilea.

Pero además nos adentramos en una zona muy poco turística. Solo los aventureros se introducen aquí. No por el peligro, sino porque es zona palestina (Cisjordania) y no cuentan con los recursos económicos de Israel.
Además, ¿te imaginas qué pasaría si quisieran explotar las zonas históricas y arqueológicas para los visitantes extranjeros? ¡Que no podrían si no es por medio del gobierno de Israel! ¿Por qué? Porque Palestina no existe. Es un pueblo con territorio pero que no puede mantener relaciones internacionales de la misma manera que puede mantenerlas Israel. De hecho, aunque sí va a las reuniones de la ONU, solo puede ser "oyente".