Jerusalén - Volver a empezar

Hoy nos toca volver a Jerusalén. ¡Cómo no! Una ciudad que dice que tiene el "ombligo del mundo" (dentro del Templo del Santo Sepulcro) tiene que ser visitada varias veces, desde distintos puntos de vista.

Pero, esté o no dicho ombligo, lo que nadie puede negar es que es una ciudad tres veces santa, ya que lo es para las tres grandes religiones monoteístas: los judíos, los cristianos y los musulmanes. Y encima está en un lugar estratégico, cerca de las rutas comerciales que unen oriente con occidente. De ahí que no es de extrañar que esta ciudad fuera codiciada por todos los grandes imperios de la antigüedad, con sus terribles consecuencias pues sufrió la devastación y destrucción varias veces. Y, como un ave fénix de piedra, le tocó renacer de sus propias cenizas una y otra vez.

Como les sucedió a los judíos cuando volvieron del destierro de Babilonia y se encontraron con una ciudad derruida, sin el templo de Salomón, sin el arca de la alianza, pero con toda una experiencia vivida. Y entre tantos judíos que volvieron del destierro, tuvieron la suerte de encontrarse Esdras, el escriba - sacerdote, y Nehemías. Entre los dos, con la ayuda del resto de los judíos, empezaron a volver a dar esplendor a su capital, Nehemías, construyendo de nuevo sus murallas y, sobre todo Esdras que reintrodujo la Torá en Jerusalén.

Pero afortunadamente no partieron de cero, contaron con toda la experiencia adquirida no solo durante el destierro, sino también durante los siglos anteriores de vida en Judea.

A nosotros muchas veces nos pasa lo mismo, tenemos que volver a empezar, ya sea un trabajo, un grupo, una relación, un servicio... pero mientras tanto nuestra "mochila" se ha ido llenando de experiencias vitales que siempre van a ser una ayuda en nuestras nuevas tareas. No podemos despreciar todo lo que nos ocurre, ya sea bueno o malo, no deja de ser un aprendizaje de vida que siempre nos podrá ser útil para el futuro.