Jueves 5ª semana DA
La mujer descrita en el evangelio camina sola, sin marido, lo que ya le asigna un rol de vulnerabilidad en aquella sociedad patriarcal. Adicionalmente, tiene una hija enferma y atormentada, lo que le hace sufrir de la marginación social y religiosa.
La mujer debe postrarse ante Jesús, en una actitud de súplica que reconoce dolor y dependencia que se refleja en la respuesta que da a la negativa de Jesús: me conformo con comer las migajas que caen de la mesa. En nuestras sociedades hoy se nos ha hecho creer que debemos contentarnos con migajas. Los empresarios explotadores nos dicen que pagan salarios justos, pero las familias viven en hambre y desnutrición mientras se engrosan las cuentas de las grandes compañías. Se nos dice que debemos acostumbrarnos a una salud pauperizada, a mala educación, a vivienda insegura y a comida escasa con agradecimiento y felicidad.
¡Compartamos la mesa abundante que da dignidad a toda persona según el proyecto del reino de Dios!