Jueves de PASCUA
Lc 24 35-48 EVANGELIO EN AUDIO
El evangelio cuenta la aparición de Jesús resucitado mientras los discípulos de Emaús comentaban a la comunidad lo que les ocurrió. El relato es una confesión de fe en el Resucitado.
La comunidad comprende que Jesús no está solo en la fracción del pan, sino también en el intercambio sobre las vivencias y experiencias de fe. De hecho, la fe no es una cuestión de adhesión segura que se adquiere y no se pierde más; la fe siempre estará amenazada por los miedos, las dudas y los falsos entusiasmos.
Releer la Palabra, la realidad y la vida inspirada por la acción del Espíritu y el proyecto humanizador de Dios; son los criterios desde los cuales nos convertimos en testigos del Resucitado hoy.
Aquellos discípulos cuando vieron al Resucitado pensaban ver un "fantasma". De ahí, el miedo que sintieron. Era el "miedo reverencial" ante "lo numinoso" "lo santo". Aquello fue la deformación de la imagen de Jesús. Aquel grupo de personas no veían al Jesús auténtico. Una representación de Jesús que muchas personas llevan en su cabeza. Lo que les produce un sentimiento tan extraño que, ni siquiera, se atreven a pronunciar la palabra "Jesús". Son los que prefieren hablar de "Cristo" o de "Jesucristo". Les da miedo de hablar del Jesús del Evangelio.
Pero lo llamativo de este relato es que Jesús convirtió el miedo en alegría. Precisamente porque dejaron de ver un fantasma y empezaron a ver a Jesús.
Ahora bien, lo llamativo es que este cambio se produjo cuando Jesús les pidió que sacaran algo para comer. De nuevo, la mesa compartida pone las cosas en su sitio, nos descubre a Jesús, espanta los fantasmas, devuelve la alegría y crea unión y comunidad.
En la Iglesia sobran preceptos y prohibiciones, anatemas y censuras. Y escasea demasiado la unión, la comunión, los gestos de unidad, fomentar lo que nos une, nos acerca, nos ayuda al respeto, la tolerancia, la comprensión. Por ahí es por donde desandaremos la senda equivocada de los fantasmas y tomaremos el camino que nos lleva derechamente a Jesús. Hay gente que tiene en su cabeza un "dios" que les impide ver. en los evangelios, a "Jesús", tal como fue y vivió. Lo que podemos saber de "Dios", nos lo revela "Jesús".